viernes, 30 de septiembre de 2011

Podría decir que no me duele cuando sonríes con otra.

Podría decir que no siento nada, que nunca has sido importante para mí. Que este momento a tu lado, quieta y sin decir nada es como cualquier otro, con cualquier otra persona. Podría decir que todas las veces que te he visto sonreír no han sido especiales, o que los momentos contigo no han parado el resto del mundo para mí. Podría jurarte que tus lágrima me resbalan, y que no me rompen por dentro. Podría criticarte, burlarme de tu corte de pelo, decirte que no me gusta tu ropa, cambiar de tema cuando me hablaras de algo que no fuera música. Podría alejarme de ti para que todo fuese más fácil. O convencerme a mí misma de que no quiero nada de ti, de que el pasado es pasado y de que no podemos volver a estar bien. Podría decirte que me va muy bien, que estoy súper feliz o que me dan igual todas tus historias, que no me importa si te va bien o mal, que no me importa verte hundido. Sin embargo, no puedo, supongo que es la costumbre, la rutina. Llevábamos mucho tiempo diciendo para siempre, y ahora resulta que ese para siempre se nos ha quedado corto, una obra incompleta. Ahora he aprendido, que si no eres tu, no es nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

;)